lunes, 6 de abril de 2015

Poseídos por el espíritu de Coelho.

Cada vez me agotan más y más las redes sociales. Me abrí perfiles en varias porque al residir yo en Málaga y casi toda mi familia en Madrid (y tenemos algunos repartidos por esos mundos del señor...) me resultan muy útiles para mantenerme en contacto con mi gente, mis amigos de Madrid, conocer las andanzas de mis sobrinos y un largo etcétera, además de poder compartir con ellos fotos y así hacer algo menor la distancia.
El problema es que desde hace ya bastante tiempo, la mayoría de mis contactos han sufrido una curiosa transformación, pasando de ser mi adorable selección de hijos de mala madre, locos y divertidos, a ser una versión políticamente correcta de la Madre Teresa. Parecen tener un ansia poco saludable por esparcir buen rollo y frases- supuestamente- motivacionales. Me bombardean con posts llenos de frases "filosóficas" que "te hacen pensar" y "te hacen plantearte las cosas". Tengo la sensación de estar leyendo un libro de autoayuda... y de los malos. Por ejemplo: 
  • "Una madre es un regalo que se nos envía desde el cielo. Cuídala mientras la tengas"- a menos que sea como la mía, que es un mal bicho que nos ha hecho imposible la vida a toda la familia y disfruta como una enana sembrando cizaña.
  • "Hoy me he levantado buscando una sonrisa que me nuble los fracasos"- esta creo que es de una canción de Pablo Alborán, que será muy mono pero es un triste. Para que una sonrisa te nuble algo, la tía tiene que tener una boca como un buzón de correos. De los dientes mejor no hablamos.
  • "Un hombre debe hacer de su corazón el castillo que una princesa desea habitar"-si cuando yo digo que disney debería estar prohibido....
  • "Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única"- esta es de Borges, que es otro que se lleva mucho en las redes. Sacado de contexto es más cursi que un repollo con lazo. Cada persona es única y no es necesario estar enamorado para verlo. Sólo es necesario ver a los demás como personas independientes- no objetos- y merecedoras de respeto.
  • "Lo único que no podrán quitarnos nunca es la imaginación"- ya, claro. Ven a mi instituto y comprueba el nivel de imaginación y creatividad que tienen los chavales después de pasar la mitad de su corta vida delante de una tele. Luego, si eso, lloramos juntos.
  • "Hay dos regalos que debemos ofrecer a nuestros niños: uno son raíces y el otro son alas"- no es que quiera tocar las narices, pero lo más probable es que cuando intentes usar las alas te estampes el morro en el suelo por culpa de las raíces.
  • "Un adulto creativo es un niño que sobrevivió"- esta es de mis favoritas. Empecemos por decir que todos los adultos son niños que han sobrevivido, sean creativos o no. Si estamos hablando de que muchas veces los niños que han pasado por una infancia difícil luego de adultos demuestran creatividad, pues en bastantes casos es cierto, pero conozco adultos creativos que han tenido infancias felices y conozco adultos con la creatividad de una roca metamórfica que de niños han pasado las de Caín. De todo hay en la viña del señor.
Estas son tan sólo unas pocas muestras del misticismo filosófico de andar por casa con el que me bombardean mis contactos de redes sociales, sospecho que con el afán de "quedar bien" delante del resto. Desdichadamente, lo único que consiguen es repetir como loros frases que o bien están sacadas de contexto (y por lo tanto han perdido el significado original que el autor les quiso dar cuando las escribió) o bien son filosofía barata tan empalagosa que produce diabetes. Creo que sólo me queda dejarles comentarios sarcásticos, como dice Pérez Reverte, con el colmillo goteando veneno. A ver si así reaccionan y vuelven a ser ese zurriburri de desgraciados de lengua afilada a los que tanto quiero.

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